El verano era aburrido, hasta que tú llegaste a mi vida

¿Qué cosa más grande que tener a 

alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo?

Marco Tulio Cicerón


Llegó el verano, las vacaciones, el tiempo pasaba y pasaba, y esta calor... ¡no me dejaba pensar! Mis amigos tienen sus planes, y está bien, pero al llegar a casa me sentía solo. Mi vida era aburrida. Mi soledad, aunque consentida, era soledad; pero llegaste tú.

La primera vez que te vi estaba nervioso. Apenas sabía cómo cuidar de mí mismo y tenerte suponía para mí un reto, algo que quería experimentar pero que la vida no me había dado aún oportunidad. Quizá la diera y yo no la viese; pero llegaste tú y me enseñaste que lo fácil aburre, lo difícil atrae y lo imposible enamora, y empecé una historia de amor contigo.

He de reconocer que tenía miedo. Me habían dicho que erais ariscos, independientes, imprevisibles; pero llegaste tú y desmontaste todos mis esquemas. Ya no era nada mío, era de los dos, elevado al pluscuamperfecto.

Apareciste a mi vida de manera imprevisible, rápida. Tan rápida que apenas me dio tiempo a pensar. Solo sabía que ya estabas aquí, que íbamos a hacer grandes cosas juntos. Sabía que me ibas a enseñar a ser mejor persona, a llorar de risa y de emoción a la vez. Sabía que tenía ganas de crecer junto a ti, y es que pensaba que ya no podía crecer; pero llegaste tú, y crecimos.

Llegaste tú y todo cambió. Quería cuidar de alguien que no fuera yo mismo. Quería verte sano, jugar, correr... Quería pasar esas tardes calurosas contigo, y ahora sí quería no pensar, quería querer, quería aprender de ti.

Desde entonces llevo cada pelito tuyo en mi ropa como un triunfo. Dejó de importarme tener la puerta del armario cerrada o abierta mientras tú estuvieses dentro, mirándome con esos ojos. Hacía calor y lo único que quería era tenerte encima mío, distante o cerca, pero presente.

Estoy deseando volver de trabajar y entrar en casa, nuestra casa, y que tú estés allí. Cada caricia tuya me resuena a paz, me hace sentir bien, me hace sentir que nuestra casa es un hogar, porque llegaste tú y ya nada tendría sentido sin ti.

Llevamos un tiempo juntos. Parecen siglos porque cuando hablo contigo es hablar conmigo mismo. Te has compenetrado con cada poro de mi piel y ya eres una extensión mía, o yo tuya, pero es perfecto, pluscuamperfecto, porque llegaste tú.

Y a día de hoy, y cada día, y cada segundo que pasa me pregunto porqué mi vida es perfecta, pluscuamperfecta, mientras tú estés en ella. Y es que llegaste tú invadiendo cada esquina y cada rincón de mi vida de algo que solo se puede explicar cuando adoptas una vida, cuando tú decidiste llegar aquí.

¡ADOPTA!

Dedicado a nuestros otros yo más humanos cuando un gato se cruza en tu vida.




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