Lo peor que te puede pasar siendo un gato callejero


Grissy fue un ángel callejero. Hay ángeles de cuatro patas y cola, y como todos los ángeles pasan por nuestra vida por algo especial. Grissy fue una luchadora por naturaleza, alegre, con ganas de vivir y creemos que merece que su historia sea contada.

Nació en la calle, libre, como tantos y tantos gatos. Nosotros la conocimos hace unos dos años. Grissy nada más vernos supo que veníamos a ayudarla y quizá por eso comenzó a gritar. Sí, gritaba. Gritaba de dolor en lo alto de una palmera porque tenía la boca en muy mal estado (un calicivirus) y porque ser gata y ser callejera conlleva pasar la vida pariendo sin cesar. Sin embargo la vida de Grissy dio un giro de 180º al cruzarse con CES Gatos Elche, y dicho sea de paso, la nuestra también. Ese mismo día cogimos a Grissy con jaula trampa y fue llevada al veterinario a esterilizar y a revisión.

Tras la intervención Grissy volvió a su colonia. Allí vivió todo este tiempo siendo medicada para el dolor de sus encías. Hubo épocas en las que le dolía tanto la boca, que ella misma se pegaba con las patas en las encías y daba unos chillidos que helaban a cualquiera. Pero como guerrera que era, seguía adelante, intentaba comer de todas formas y así sobrevivió. Nunca habíamos visto nada parecido. Grissy no se rendía, era una gata silvestre y era feliz siendo libre. Nos recibía con maullidos y nos demostró que podían más sus ganas de vivir que una enfermedad. Nos hizo ver que CES (Capturar, Esterilizar y Soltar) tiene sentido más que nunca con casos como el suyo y nos hinchaba el alma verla feliz, en su hogar, pero lejos del sufrimiento de partos innecesarios.

Grissy se nos fue hace unas semanas. Tuvo una recaída muy fuerte y a pesar de ser ingresada, estando en la clínica tapada con una manta, con suero y esperando la analítica y otras pruebas...falleció.

Ya sé, esta historia no es de las que te dejan con una sonrisa pero sí queremos que te deje con buen sabor de boca porque lo peor que te puede pasar siendo una gata callejera no es vivir en calle sino que nadie se ponga enfrente tuya y te mire a los ojos. Grissy fue esterilizada y cuidada hasta su último aliento. Tuvo una muerte digna, en un veterinario y acompañada. Grissy logró que el ser humano fuera capaz de soltar una lágrima por algo que para muchos pasa desapercibido día a día.

Lo peor que te puede pasar no es ser callejero, ni ser positivo a inmunodeficiencia o leucemia, lo peor que te puede pasar es que nadie haga tu vida en la calle más digna, más llevadera, con menos sufrimiento…

Podemos asegurar que Grissy tuvo mucho de esto gracias a CES y que nosotros aprendimos lo que es la supervivencia en la calle más que nunca con ella. Te echaremos de menos Grissy, y cuidaremos todo lo que podamos de Tuerti y Trico, tus hermanos.


Dedicatoria especial a Marian, por ser su ángel guardian todos estos meses de dura lucha con la enfermedad.

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